ESCRITO POR: Alejandra Díaz Rojas
Un día, una reina se compró un gato y se lo llevó a su castillo para alimentarlo, sacarlo a pasear y acostarlo. Después de hacerle todo eso, era ya de noche y entonces se acostaron a dormir.
Un día, una reina se compró un gato y se lo llevó a su castillo para alimentarlo, sacarlo a pasear y acostarlo. Después de hacerle todo eso, era ya de noche y entonces se acostaron a dormir.

Cuando sacó al gato de la piscina, estaba muy enfermo así que llamó a un veterinario para que lo sanara. El veterinario se fue por una vía en la que había más trancón y por eso llegó tarde al hotel. Finalmente, el veterinario logró curar al gato y vivieron felices por siempre con la reina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario