ESCRITO POR: Nathalia Andrea Amaya
Erase una vez un niño llamado Nicolás; él invitó a su amiga Luisa a volar una cometa pero no tenia una. De pronto se le ocurrió una estupenda idea: le enviaría una carta al cartero pidiéndole una cometa.
Erase una vez un niño llamado Nicolás; él invitó a su amiga Luisa a volar una cometa pero no tenia una. De pronto se le ocurrió una estupenda idea: le enviaría una carta al cartero pidiéndole una cometa.
Días después le llego su cometa pero Nicolás no sabía como armarla así que leyó las instrucciones y la pudo hacer. Nicolás pegó, recortó y armó su cometa. ¡Está lista!, dijo Nicolás. Al rato llegó Luisa y jugaron, pero no había viento así que trajeron un ventilador gigante y jugaron hasta la noche que guardaron su cometa. Luisa se fue a casa y Nicolás aprendió para siempre a armar una cometa y vivio feliz por siempre.
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